jueves, 25 de noviembre de 2010

Tengo una generación de cráneos en la espalda

Me mantengo con mis influencias más importantes
seguras, se regocijan en mi espalda.
Mi agua se traslada detrás de mis encías
queriendo oscurecerme alma.

Somos mujeres libres
libres en lo tinto del alcohol
en el amacije de la semana laboral
Excentrica te volvés a mi espalda
me abrazas como si nada entre nosotras
hubiera pasado.

Aquí y ahora
los clavos que tengo en el estomágo.
Mis huesos se deunen entre ellos
trato de deslizarme en una masa córporea que no me pertence.

Se me prenden fuego los tendones
te amo con una rápidez absoluta.
Te creo incapaz de amarme
sin lobotomizarme
así que postergo tu amor.
Te dejo ahí, que sigás con el resto de tu esquizofrenia estresada.
Dejo que te mediqués de tu propia ausencia.

Que se mediquén todos, que ya están medicados.
Pasan a caminar rápido, con la mirada ausente
Como un rivotril ambulante
los ansiolíticos matan el alma del pueblo argentino








No hay comentarios:

Publicar un comentario